Las
Instituciones
Educativas

¿Qué es una institución?
La noción de institución requiere de cierta especificación, pues puede remitirnos a distintas significaciones.
Las instituciones educativas no escapan a las características organizativas y a los movimientos que atraviesan a cualquier institución. Asimismo cabe destacar que las instituciones son espacios históricos y construidos socialmente
Las instituciones educativas se pueden ubicar como instituciones culturales básicas que se ocupan del hombre aprendiendo; la cultura escolar interviene en forma decisiva en las mismas, por lo que resulta imprescindible su conocimiento.
Pero para poder transitar, intervenir, gestionar y aportar propuestas creativas en las instituciones, resulta necesario visualizar lo que en ellas se presenta como parte de nuestro paisaje, aquello que pasa a ser considerado como natural (y por lo tanto no reconocido), cuando en realidad es histórico y construido.
El termino institución señala Fernando Ulloa- es ambiguo, y suele usarse para nombrar desde organizaciones hasta ciertos rituales que se repiten, como por ejemplo el té de las cinco de la tarde para los ingleses.
Podemos hallar instituciones que se ocupan de actividades diversas.
A modo de introducción a la temática, veremos algunas de las clasificaciones elaboradas en torno a las mismas.
Instituciones que se ocupan del hombre enfermo
Instituciones que se ocupan del hombre aprendiendo
Instituciones que se ocupan del hombre trabajando
Instituciones de tiempo libre que posibilitan el placer a la reflexión intelectual
Instituciones culturales básicas: familia, Iglesia, escuela.
Instituciones comerciales: empresas, sindicatos.
Instituciones recreativas; clubes, teatros, cines.
Instituciones de control social formal: agencias de servicios sociales y gubernamentales.
Instituciones sanitarias ; hospitales, clínicas
Instituciones de comunicaciones: agencias de transporte, telefónicas, periódicos.
Para Ulloa, las instituciones se encuentran organizadas básicamente sobre tres distribuciones: la distribución especial, la distribución temporal y la distribución de las responsabilidades (roles y funciones).
En ellas se producen dos movimientos contrapuestos: integración y dispersión a lo largo del proceso de institucionalización, lo que posibilita que reflejen y dramaticen el contexto en el que están incluidas y , a su vez, tiendan a modificarlo.
Lo invisible en las instituciones
En numerosas ocasiones, al traspasar la puerta de las instituciones educativas nos encontramos las mismas dificultades que se nos presenta una y otra vez.
Una institución que parecía resuelta puede encontrarse nuevamente ante nosotros, muchas veces bajo una apariencia diferente.
Muy oportuno resultará, entonces, acudir a la metáfora del paracaidista que cae como nuestros problemas institucionales: de no se sabe dónde.
En las líneas que siguen, analizaremos a las instituciones educativas como los espacios de intersección entre lo individual y lo social, las vidas singulares de los hombres y los contextos socio-histórico que permiten su emergencia.
Los edificios no son las instituciones, aunque brinden un necesario soporte especial. Somos las personas las que, en numerosas o en contadas circunstancias, han participado en ellas como espacios compartido.
Es bien conocido por todos que las instituciones nos preceden, y esto no debería impedirnos visualizar que hombres y mujeres, niños y adultos somos los que, al formar parte de las instituciones, permitimos que se constituyan como tales.
Sigmund Freud sentenciaba que
“no logramos comprender por qué las instituciones que hemos construido nosotros mismos no nos dispensan a todos protección y beneficios”.
Somos nosotros quienes las integramos, desarrollamos y perfeccionamos. Durante numerosas o contadas circunstancias, mientras participamos en ellas, hemos sufrido o hemos reído, nos hemos sentido descalificado o respetados, en nuestra singularidad, hemos sido escuchados o nuestras propuestas no han tenido el eco necesario dentro de las instituciones.
Quien se han dedicado a analizar las instituciones sostienen que, a pesar de que podamos sufrir, no debemos inmovilizarnos, y tenemos que continuar analizando la tarea y participando activamente en la instituciones misma.
En el siglo XX, las Ciencias Sociales han virado en el
planteo, afirmando que ya no Se trata de distanciarse sino de implicarse, es decir de reconocer que siempre miramos desde cierto lugar y que este nos permite “ver” algo, pero no todo.
Como sentencia R. Loureau.” Implicarse significa comprometerse en la situación”.
Por lo tanto, la propuesta es revisar nuestra propia implicación en las instituciones que transitamos, e intentar visualizar lo que pasa desapercibido en las instituciones educativas, lo reprimido, lo oculto, lo desconocido.
Esta propuesta no estará exenta de problemas, de piedras en el camino y , por supuesto, no podrá concretarse en la soledad de una función; requerirá de la colaboración de todos los actores sociales involucrados, aunque desde el comienzo sabremos, como afirma F. Ferraritti-que es” más fácil teorizar que vivirlo”.
Con frecuencia, creemos que las instituciones son ahistórica, es decir, que estuvieron donde están desde siempre. Al hacerlo, no reparamos en que ellas se arman, se entrelazan y entretejen con la historia sociocultural que permitió su surgimiento
Esta es una historia articulada doblemente. Como institución, ya lo hemos advertido, la escuela tal como la conocemos ahora, es un producto de la Modernidad. La escuela se construye a través de un primer contrato funcional. El mismo consiste en que el Estado y la escuela se comprometen mutuamente en el alcance de los objetivos.
El contenido de este contrato funcional requería de una institución que:
Transmitiera valores y creencias que legitimara tanto el derecho como el orden económico y social establecido
Transmitiera valores necesarios para el mundo del trabajo que, al mismo tiempo, creara condiciones
para la producción de otros saberes, el desarrollo y el progreso social.
Cada establecimiento singular se encuentra entramado en la historia particular. Es esta historia la que cada uno deberá recuperar. Y, para poder reposicionarnos como actores sociales en el seno de las instituciones, es preciso comenzar por indagar, hurgando en las raíces de la historia. Se trata de apropiarnos de ella para poder transformarla.
Cada escuela posee características singulares, cuya versión acerca de lo que pasó en sus orígenes se transmite de boca en boca, a través de un mito fundacional.
Sabemos que no todo es dicho en las instituciones; estas se fundan en “dejar de lado” algo, en “dejarlo pasar” (pacto no explícito que le permite seguir funcionando); si no, pensemos cuántas veces escuchamos, en las instituciones por las que transitamos, ante un problema que surgiera:” no te preocupe, no lo tomes en cuenta, déjalo pasar”.
Por la ruta del reconocimiento de lo invisible
A fin de identificar con mayor claridad aquellos que por ser parte de nuestro paisaje no llega a ser reconocido, tomamos como ejemplo el relato de Ellen Langer en: The Thinking Classeroom. (Pensando en el aula de clase) mi interpretación
Langer alude a una . anécdota en la que una joven, que va a cocinar un trozo de carne, primero lo corta en dos pedazos, y luego lo coloca en una asadera para horno. Ante la pregunta de la hija de por qué realiza esto, responde que no sabe, que la madre siempre lo hizo así, por lo que decide preguntarle a su propia madre.
A su vez, esta tiene la misma respuesta: “porque mi mamá siempre lo hizo así”, llegamos a la abuela, quién le explica que procedía de este modo porque el horno era pequeño, y no le entraba la carne entera en él.
Con frecuencia, en las instituciones que transitamos, repetimos algo sin sentido que no queda claro para qué ni por qué se hace.
Por ejemplo, en algunos países latinoamericanos, existe el rito de vestirse de determinada manera para la ceremonia de Entrega de diplomas que se realiza al fin del ciclo lectivo, pero esta vestimenta resulta totalmente ajena a las propias tradiciones nacionales.
En algunas instituciones educativas, surge el interrogante sobre los rezones valederos para su continuidad, pero “el rito” se sigue haciendo de ese modo porque los demás lo esperan así.
En ocasiones, se escucha comentar en la sala de profesores de las escuelas”…¡ que van a decir los padres, que a los estudiantes de años anteriores los despidieron de un modo y a sus hijos de otro!.. Esto es otro factor que interviene y posibilita la perpetuación de lo mismo: podemos llegar a darnos cuenta de lo que sucede, pero no lo modificamos por temor a lo que los demás puedan decir.
Con el tiempo, muchas veces las prácticas van Perdiendo el sentido que las originó, y se reproducen como un mecanismo que se perpetúa sin interrogación. De este modo, lo que en realidad es adquirido se presenta como natural, como punto de partida, como algo originario.
Al des-conocer ( es decir no reconocer) el proceso de construcción de una institución, se la toma como natural, en lugar de verla como un constructo social e histórico.
El trabajo de rastreo y de búsqueda de dicho proceso de construcción permitirá construir el presente de la institución sobre bases consensuales, a fin de poder avanzar hacia otras propuestas institucionales más deseables.
La conformación de un equipo de trabajo permite trabajar sobre bases más seguras, tratando de que no sea “ lo urgente” lo único que ocupe nuestra atención. ¿Cuántas veces hemos experimentado situaciones en las que algo imprevisto requiere ser resuelto inmediatamente, desplazando a una tarea planificada con mucha antelación y causando cierto malestar por ello?.
Cada miembro de la escuela tiene un lugar asignado, auque no estemos seguros de que ese sea el espacio y la tarea en la que pueda desplegar sus mayores posibilidades personales y profesionales.
Cada uno tiene un lugar y desde él se espera que actúe. Los nuevos miembros son incorporados a partir de un relato: “en esta escuela somos”, o “en esta escuela se trabaja de este modo, siempre se hizo esto… y después aquello…”
Dentro de la tarea a implementar para conocer la historia institucional, podría considerarse la posibilidad de trabajar esta problemática con los docentes e indagar entre ellos, por ejemplo, cuales creen que fueron los objetivos y los ideales que se propusieron los fundadores de esa institución particular. ¿Qué esperaban, en qué creían?.
Según lo planteado en este escrito haga un análisis tomando en cuenta:
Actividades que realizar
SEGUNDO TEMA DEL MÓDULO 1
¿Cómo se administran las instituciones educativas?Metodología
¿Cuál es el rol del
Docente novato en las instituciones?
¿ Cuál es el rol del
Director, que debe
Saber el director/a, o administrador de la
institución?
¿Es importante conocer las instituciones educativas, historia, rutina, sus actores, vida institucional
¿Cuál es el papel que debe desempeñar el docente:
a) Sus aportes
b) Sus objetivos
c) Ubíquese usted como docente.
d) Su servicio
¿Cómo podemos distinguir cuando una institución es sana o
enfermiza?
1-Unirse en grupos de cuatro (4) participantes.
2-Leer el documento; las Instituciones educativas.
3-Leer y responder o hacer comentario en el blog de:
Pueden responder a una o dos interrogantes de las planteadas en la parte arriba, solo tienen que hacer dos (2) hoja escrita justificada en Arial, fuente n°12, o pueden hacer PowerPoint, (todo es válido) en la página del blog.
Anote su nombre en el grupo que quiera trabajar.
Exponga sus ideas y luego uno o dos, miembro del grupo recoge y hace el informa final. Le recomiendo trabajar en equipo la nota es grupal.
No puede haber un trabajo igual que otro para mi es copia y poca iniciativa y creatividad
Profesoraaaa haooora, 29 de abril? ¿Por qué?, ¿como?, ya no hay tiempo
Tranquilos/as, este material es
para el 10 de mayo.
Organícese, para hacer el trabajo. Recuerden sólo cuatro personas en cada grupo.
En la página del blog están los grupos constituidos, hay cuatros grupos:
Grupo n° 1- se llamará ().
Grupo n° 2- se llamará
().
Grupo n°3- se llamará
( )
Grupo n° 4- se llamará
()
Póngale nombre a su equipo.
Prof. Luisa Díaz